Ora resulta que el “candidato” eterno a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, le manda un mensaje subliminal al jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, frente a miles de acarreados, perdón, simpatizantes y le dice con todas sus letras:
“No se trata de candidaturas”
¿No? ¿Tons de qué carajos se trata? Monreal que se había mostrado leal y fiel a su líder morenista diciendo que él no creía que Andrés Manuel hubiera tenido nada que ver con la “tranza” que le hicieron con eso de las encuestas internas y que lo dejaba fuera de la jugada, ahora ya no tendrá argumentos para defender al mentiroso, cínico y descarado de López Obrador.
En el marco de la firma por el Acuerdo Político de Unidad Nacional del partido, López Obrador declaró: “No se olviden cuál es el objetivo: la transformación de México, no las candidaturas; no es la lucha del poder por el poder, no es el quítate tú porque quiero yo, no es la ambición al poder ni al dinero”.
¿Entonces por qué no deja que otro personaje sea el candidato presidencial y él se dedica a otra cosa? Que no mame, me cai que ora si se colgó de la reata y con todo y cocos.
Si no fuera la lucha por el poder, si no fueran las candidaturas, si no fuera la ambición al poder y al dinero, entonces ¿por qué estar veinte años buscando algo que jamás va a lograr? Y menos ahora que se está mostrando tal cual, como un transa, traicionero y convenenciero.
No sólo le cierra las puertas al personaje que puede desbancarlo en el gusto y preferencias de la gente, Ricardo Monreal, sino que abre los brazos para cobijar a los que debería mantener exiliados, no sólo de su partido sino del país: Bejarano/Padierna.
¿Qué mensaje manda el peje a sus seguidores al vetar a un político que le ha sido fiel y leal, mientras acoge a otros políticos que nos los quieren en ningún lado?
Poquito le faltó decir: ¡Ya callate chachalaca!, pero ahora no en contra del presidente sino del que fuera su brazo derecho, el que sin duda alguna ha sido su mejor operador político, el que confió y creyó en su palabra, el hombre que se ha mantenido leal y firme en sus convicciones.
Definitivamente, López Obrador, está perdiendo más al apoyar a su hijo y a sus allegados que el reconocer que ya está viejo y que Monreal camina con paso firme a la presidencia del 2024, ¿ese será el temor del peje? ¿No ganar esta contienda y tener que dejar de viajar a costa de otros? ¿Tener que ceder el puesto de “eterno candidato” a alguien que se lo está ganando a pulso?
La verdad es que no lo sé, pero como dicen en mi rancho: aiga sido como aiga sido, ora si van a volar mazorcas porque el tabasqueño se olvida que el zacatecano tiene mucho más que ganar al dejar Morena que algo que perder, sobre todo si la lucha interna es en su contra.
Lo peor de todo es que Monreal está siendo vulnerado por alguien en quien confiaba ciegamente, por alguien a quien defendió hasta el último minuto y que sobre todo se creyó aquello de: “No robar, No engañar y no traicionar”.
Tal vez ya sabía lo que se avecinaba y por eso no se presentó al famoso mitin en el que hubo acarreados de todas partes, la mayoría amenazados con no dejarlos trabajar si no acudían a hacer bola para que el peje sintiera que todavía lo “quieren”
Ahora es cuando va a ponerse bueno, Monreal no es de los que se quedan quietos, agacha la cabeza y dice sí, a todo, Monreal es de los que da la cara, enfrenta las consecuencias y deja las cosas bien en claro antes de tomar una decisión.
Esperemos resultados.