Si Andrés Manuel López Obrador, no le cumple ni a sus allegados, ¿Qué se puede esperar la ciudadanía cuando llegue al poder?
Desde el inicio de su campaña en el 2015, Ricardo Monreal Ávila que buscaba la jefatura en la delegación Cuauhtémoc, dejó bien claro el motivo por el cual estaba contendiendo:
“Andrés Manuel me pidió que contendiera por la Cuauhtémoc y que una vez que la ganara, en el 2018 hiciéramos mancuerna, él para a presidencia y yo para la jefatura de Gobierno de la Ciudad”
Palabras más palabras menos, Monreal siempre destacó esa propuesta y esa promesa, mientras que Claudia Sheinbaum, jamás se mostró interesada en seguir adelante como política, es más ella lo ha dicho en varias ocasiones, no es política y no le gusta la política.
Ahora resulta que todo fue mentira, que Monreal se dejó engañar por el que consideraba su amigo, por el que parecía su mentor y el pago a su confianza fue la traición.
No es de extrañar esta actitud arrogante, prepotente y traicionera por parte de López Obrador, bien es sabido que su egolatría y su desmedido afán de poder no admiten competencia y Monreal se estaba convirtiendo en un oponente al que, si no detenía ahora, ya no lo iba a poder detener.
La popularidad de Monreal en poco tiempo puede opacar a la del tabasqueño y eso lo sabe bien Obrador, el zacatecano se ha ido ganando el cariño y la confianza de la gente y sin tener que recurrir al discurso gastado de la mafia del poder.
López Obrador sabe que si deja crecer a Monreal, en el 2019 ya no podrá seguir con su eterna campaña, ya no podrá seguir alimentando su ego en mítines y apoyos a candidatos en los diferentes estados, municipios y poblaciones, su popularidad se vería opacada por el de Zacatecas y eso es algo que Andrés Manuel no puede permitir.
Pero esa traición, esas mentiras, esos engaños nos dejan bien en claro que en su ambición desmedida por llegar a la presidencia, López Obrador no se va a detener por nada ni por nadie, sabe que es más fácil manejar a Claudia Sheinbaum que a Monreal y de ahí que por eso la eligiera para contender por la jefatura de gobierno.
Lo que no ha previsto Obrador es que, si Monreal decide cambiar de partido o decide contender como independiente, todo su juego se va a venir al suelo, las consecuencias serían desastrosas, no solo para Morena, sino también para el ego y la campaña de Andrés Manuel que, día con día va perdiendo más credibilidad y sobre todo la simpatía de la gente.
Motivos hay muchos, contra sus propios estatutos y su propia ideología partidista, Obrador está recibiendo en sus filas a aventureros de otros partidos con ideología muy contraria a la que tanto ha predicado Andrés Manuel, y muchos de estos traidores partidistas sólo buscan sus propios beneficios sin importarles otra cosa que conseguir lo que quieren.
Realmente Morena y López Obrador no tienen vergüenza ni principios, aquellos a los que ha atacado, que tienen antecedentes de corrupción y que muestran su deslealtad al cambiar de partido, ahora se suman a los colores de Morena.
¡Ya basta de tanto engaño! ¡Ya basta de tanta traición! Después, cuando aquellos a los que cobija bajo su partido se ven envueltos en lo que siempre han hecho, la corrupción, el tabasqueño sale a decir con toda desfachatez que él no tiene nada que ver en el asunto.
Que no se le olvide que tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata y en muchos de los actos de corrupción que se han denunciado, Andrés Manuel es culpable, de omisión, de testigo pasivo y posiblemente hasta de participación.
