Aunque en su perorata en el monumento a la revolución, Andrés Manuel López Obrador dijo: “aún hay muchos cargos”, seguramente refiriéndose a que si gana la presidencia Monreal sería su Secretario de Gobernación, el zacatecano ya no puede ni debe creer en las palabras del tabasqueño.
Y es simple lógica, si en este momento lo traicionó, lo apuñaló por la espalda, le falló a la hora buena, ¿qué se puede esperar dentro de un año? Nada y esa es la más pura verdad, ¿quién le puede asegurar a Monreal Ávila que ahora si cumpliría López Obrador? ¿Quién le puede garantizar que durante los meses de campaña el tabasqueños no va a cambiar de opinión? ¿Quién le garantiza que los caprichos del eterno candidato a la presidencia no surgirán en el momento en que menos se lo espere y nuevamente lo desconozca y le pague con traición el haber cedido?
Este es el momento de Ricardo Monreal, esta es su gran oportunidad y no debe dejarla pasar y para ser claros y sinceros habremos de decir que el jefe delegacional en Cuauhtémoc tiene más posibilidades de ganar el gobierno de la Ciudad de México, que López Obrador de ganar la presidencia y eso es algo a lo que nadie debe cerrarse de ojos.
Si Monreal contiende por la gubernatura de la CDMX las probabilidades de que se levante con el triunfo sobre cualquiera de los contendientes que le pongan es de casi un 40 por ciento contra el 20 por ciento que tiene Andrés Manuel de ganar la presidencia.
Las cosas no pueden estar más claras, si Monreal se somete nuevamente a su líder partidista y acepta las migajas que este le ofrece a cambio de su traición, pierde lo más por lo menos, si Ricardo sacrifica un posible triunfo en las urnas por seguir al lado del hombre que no dudo ni titubeo en apuñalarlo por la espalda, pierde de todas todas.
Tal y como lo vemos, la única forma de que Ricardo Monreal continúe en Morena es que el tabasqueño cambie de opinión y lo nombre su candidato a la jefatura de gobierno de la CDMX y aun así, el zacatecano tendría que andarse con pies de plomo pues quien traiciona una vez, traiciona siempre y en cualquier momento puede venir esa traición.
Es el momento de ver las cosas tal y como son, la prepotencia, arrogancia y complejos de Dios que tiene Andrés Manuel López Obrador, saltan a la vista y no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, poco a poco está surgiendo la verdadera personalidad del que se dice así mismo el político más honrado, sincero y leal que hay en este país.
Todos estamos a la espera de las decisiones que tome Ricardo Monreal ya que es indiscutible que tiene que haber alguna reacción de su parte, en cuanto a lo que haga Andrés Manuel, a nadie le sorprenderá ya que se maneja de acuerdo a sus estados de ánimo, a sus caprichos y a ese momento de gran iluminación que tiene y que le dice lo que habrá de hacer, decir y mostrar.